miércoles, 15 de febrero de 2017

Reduzca sus deudas bancarias: Algunas claves



Por Raúl Gorrín.- Para muchos empresarios y emprendedores el mantener deudas con los bancos es una situación normal, para ellos no reviste ningún problema, pues, incluso, estiman que esa es la condición natural de todo propietario de alguna organización.

Sin embargo hay que decir que en su mayoría los préstamos que las empresas mantienen no se justifican y obedecen solamente a una mala gestión en materia de producción y comercialización.
Y sí, la actividad bancaria mueve buena parte de la economía global de los mercados, pero eso no quiere decir los manejos que allí se operan sean los más adecuados.

Muchos de los préstamos son costosos y peligrosos, respondiendo en su mayoría a la necesidad de cubrir los agujeros de una mala gestión administrativa de las empresas.

Generalmente los préstamos bancarios se solicitan para efectuar inversiones en bienes de uso, inversiones en inventarios, concesiones de créditos, adquisiciones de bienes de cambio, cubrir gastos inesperados o superar los desfasajes entre el momento de pago y el de cobro.

Tenemos que decir que lo único admisible al momento de obtener un préstamo debe ser que la rentabilidad que se espera del mismo sea superior al costo del préstamo, incluidos intereses, comisiones y demás gastos.

Es imperioso trabajar para equiparar los egresos con los ingresos y ello se logra con una eficaz administración del presupuesto de tesorería y una adecuada gestión del efectivo circulante que tome en cuenta los factores de riesgos con algunos cheques al momento de presentarse al cobro o la impuntualidad en el cobro de algunas cuentas.

En este sentido es necesario el permanente monitoreo de los ingresos y egresos reales y compararlos con los presupuestados, de modo de poder captar inmediatamente los problemas para aplicar los correctivos pertinentes.

Lo ideal es que los egresos se manejen de forma tal que sean menores a los ingresos previstos, a los cuales se suma el colchón de seguridad que debe establecerse con los fondos ahorros. Esto evitará que produzcan desfases que generen mayores inconvenientes.

Esta técnica no solamente evitará problemas con los bancos, sino también llevará a las organizaciones a prescindir de estas instituciones como financistas de las operaciones empresariales, las cuales será posible cubrir con los recursos generados por la gestión administrativa.

Evite desperdicios que disminuyan las utilidades. Tener exceso de inventarios sólo ocasiona gastos financieros por la necesidad de financiarlos con créditos bancarios y además contraen la capacidad de disponer de fondos que puedan destinarse a actividades de mayor rentabilidad o rotación de activos.

La utilidad empresarial también se puede ver disminuida por bajos niveles de calidad y productividad, así como llevar a cabo actividades con poco valor agregado.

Algo que también es determinante es la falta de mantenimiento de las máquinas y equipos, que hace que surjan imprevistos que requieran de erogaciones extraordinarias para su reparación o sustitución por nuevos aparatos.

La falta de planificación de las ventas es otro factor que encarece las gestiones empresariales.
Por tanto, evite las deudas bancarias y si es imperativo adquirirlas procure que representen una parte minoritaria del pasivo.

Ponga atención al banco con que estima endeudarse, estudie los valores, cultura y políticas del mismo.
Analice cuidadosamente los plazos, tasas y estructura de la deuda a contraer.

Compare la diferencia entre la rentabilidad que obtendrá por los fondos solicitados y los costos totales de dichas deudas.

Revise y elimine sistemáticamente todos los desperdicios o despilfarros que mermen sus utilidades, pues las utilidades que hoy no perciba serán los fondos que mañana necesite.

No despegue sus ojos de los presupuestos y flujos de tesorería.

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