viernes, 21 de julio de 2017

Raúl Gorrín: El valor de las comunicaciones empresariales

En mi experiencia como empresario y sin ánimo de dictar cátedra en esta disciplina, he podido constatar y servirme del poder de las comunicaciones efectivas en el desarrollo organizacional.

Creo que el reto más importante de estos tiempos está en valorar, calibrar y dosificar la gran cantidad de mensajes que emite una organización a sus diversos públicos con sus respectivas estrategias, bajo distintos formatos, utilizando los canales adecuados para lograr diversos resultados que finalmente convergen en apoyar a la empresa en el logro de sus objetivos.

Esta gran dinámica que supone el flujo de información a todo nivel resulta complejo y fascinante a la vez si tomamos en cuenta su capacidad para transmitir la identidad, valores y directrices al personal; presentar informes y balances a la directiva, accionistas y autoridades; capacitar e incentivar a los trabajadores a través de charlas, cursos y talleres; mantener informado a los clientes y al público en general a través de los medios masivos y redes sociales; además de establecer un contacto provechoso con la comunidad a través de las Relaciones Públicas y los programas de Compromiso Social Empresarial (CSE).

En definitiva, se trata de una fina estructura que enlaza a toda la organización para alinearnos estratégicamente, lograr un entendimiento productivo con nuestros relacionados y finalmente trascender como un factor de riqueza y bienestar para esa sociedad cada vez más observante y crítica de nuestro desempeño.

Se dice que el desarrollo de las comunicaciones marca la evolución de la humanidad y la era digital intensifica esa necesidad de utilizarlas de manera impecable dentro de las organizaciones, toda vez que su multidireccionalidad e inmediatez somete a la empresa al escrutinio público de manera contundente, al punto que una situación de crisis mal gestionada puede arruinar en pocas horas el esfuerzo de años.

Por eso puedo afirmar con conocimiento que la comunicación corporativa, tal y como la conocemos hoy en día, constituye una gran aliada para  alcanzar el éxito en los negocios. Minimizarlas o dejarla en manos inexpertas puede ser la ruina de la organización.

Se impone en lo sucesivo adaptarse a las generaciones emergentes y su nueva forma de comunicar, optimizar las ventajas y posibilidades que ofrece la comunicación digital, diseñar estrategias que generen interacción con los grupos de interés y aporten valor a la empresa, así como desarrollar una cultura de medición para mejorar estrategias y acciones tendientes a facilitar los procesos, construir una buena reputación y proyectar con acierto nuestra imagen corporativa.

Visita también:

miércoles, 12 de julio de 2017

Raúl Gorrín: ¿Responsabilidad o Compromiso Social Empresarial?


Entre los atributos característicos de un empresario humanista figura su alto sentido de responsabilidad social, partiendo de que el fin último de su actividad productiva es el ser humano en su integridad, tanto dentro como fuera de la organización.
Visto de ese modo, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) tal y como se le conoce tiene que ver con el aporte o compromiso que establece la empresa con sus diversos públicos para impactar positivamente en ella, optimizar sus relaciones y contribuir con el desarrollo de la sociedad a la que también formamos parte.

Sin embargo, ese concepto muchas veces tiene a confusión, tomando en cuenta que no todo lo que es responsabilidad de la empresa forma parte de lo que comprende la RSE. Dicho de otro modo, la RSE trasciende aquello que la empresa debe hacer por obligación legal. Lo que supone que cumplir la ley no determina que la empresa sea socialmente responsable.

Por eso prefiero denominarlo Compromiso Social Empresarial (CSE) a esa forma de hacer negocios donde más allá de las responsabilidades de rigor, se desarrollan políticas, planes y programas destinados a ciertos sectores desasistidos de la población con el fin contribuir a su crecimiento sostenible y con ello a una mejor comunidad. Porque no pueden haber empresas pujantes y exitosas en entornos precarios y llenos de conflicto.
Ese compromiso es el que me lleva a visionar una juventud sana, entusiasta, preparada y altamente motivada hacia el porvenir reforzando la salud, la educación y el deporte como pilares para lograr ciudadanos exitosos y conscientes del papel que jugarán en la Venezuela de los próximos años.

En las empresas del Grupo Gorrín asumimos el CSE como parte de los objetivos de la corporación y nuestro balance social refleja una inversión creciente en programas como “Una Carrera por el Futuro” y “Para que los niños vean un Futuro Mejor”, sin contar nuestra contribución con el deporte, el apoyo a los docentes y la inclusión laboral.
Compromiso es más que responsabilidad. Y aunque pueda significar lo mismo, prefiero destacar el sentido de compromiso que mantenemos con un país que nos lo ha dado todo y que es precisamente ahora que necesita de nosotros para enrumbarla por caminos de paz, progreso y oportunidades para todos.


Nuestro compromiso es con ustedes, niños y jóvenes que se esfuerzan por salir adelante y que no le temen a las dificultades. Sepan que nosotros creemos en ese enorme potencial y que no los vamos a defraudar. 

Visita también www.raulgorrin.org


miércoles, 5 de julio de 2017

Humanismo empresarial como visión del mundo y de la vida

La visión humanista en los negocios ha sido uno de los sellos más característicos en mi rol como empresario. Por espacio de varios años he fundamentado mi gestión en la valoración del ser humano por encima de cualquier otra cosa, incluso de la naturaleza mercantil de cada empresa. Dicho de forma más precisa, es a partir de esa preeminencia por el individuo como alcanzamos nuestras victorias.
El humanismo empresarial se enfoca en dignificar, promover y enaltecer a la persona como elemento clave de toda la organización y de la sociedad desde su integridad, impulsándolo a manifestar todo su potencial, y con ello realizarse plenamente.

Pero esta visión no corresponde al simple hecho de ayudar al prójimo o para justificar algunas actividades sociales y culturales dentro de la empresa, ya de por sí necesarias. El humanismo también comporta un fin estratégico dentro de la empresa vista como una proyección de la vida humana en términos de conocer, aprender, obrar, convivir, experimentar, crecer y desarrollarse hasta lograr la plenitud que posteriormente ofrece a la sociedad como producto de sus esfuerzos.

En la medida en que nuestros públicos se sientan atendidos, seguros, respaldados y bien remunerados, según sea el caso, en esa medida contaremos con personas sumamente motivadas y dispuestas a aportar ideas que enriquecen a la organización. Porque parte del humanismo es hacer que aflore lo mejor de nuestros colaboradores hasta lograr esa sinergia con la empresa que la conduce a una mayor sintonía con esa sociedad de la cual formamos parte.
Es así como las empresas y líderes humanistas pretendemos un compromiso auténtico y sostenido con diversas comunidades, sin menoscabo de la productividad, rentabilidad y eficiencia empresarial, donde la prioridad sea la gente. Compromiso materializado en políticas y programas donde permanentemente estamos poniendo en práctica nuevas ideas para impactar positivamente en nuestro entorno, propulsando mayor calidad de vida y oportunidades de desarrollo sostenible, incidiendo en una mejor distribución de la riqueza e invirtiendo y apostando en el desarrollo del talento humano.
Ese compromiso social empresarial (CSE) es el que nos ha llevado a compartir nuestros valores, esfuerzos y recursos con sectores de la población que teniendo el potencial, necesitan de una mano amiga para lograr sus propias metas. Apoyar a la niñez y juventud de bajos recursos en materia de salud y educación es prueba de que hacemos lo que vivimos y predicamos dentro de nuestras organizaciones.
Para mí en lo particular y para el grupo empresarial que represento, el humanismo seguirá siendo el referente de nuestro compromiso ético y social.
Son empresas que por su misma naturaleza están cerca de nuestros públicos en momentos de apremio, en circunstancias tensas y convulsas, en situaciones insospechadas, y en esos contextos nuestra sensibilidad, comprensión y profesionalismo ha dado excelentes resultados. Nos hemos fortalecido mutuamente junto con el respeto y la confianza que cada día ganan terreno hacia nuevas formas de interrelación.
El humanismo empresarial como visión del mundo y de la vida seguirá siendo nuestro paradigma para acompañar a Venezuela hacia caminos promisorios de paz y prosperidad.

Visita también: