miércoles, 28 de junio de 2017

Raúl Gorrín: Valores para crecer y generar empatía empresarial

Quizás uno de los retos que enfrentamos los empresarios en la actualidad, sea el de practicar con coherencia y honestidad los principios y valores de la organización, más allá del enunciado formal. Lograr que el personal lo conozca, lo internalice y se desempeñe bajo esos preceptos. Y que además, esos principios y valores puedas compartirlos con el resto de la sociedad a través de programas de compromiso social empresarial, como una muestra de la efectividad y buena voluntad de tu organización.
Los valores en el mundo empresarial son los que le da razón, sentido y personalidad a tu proyecto de negocio. Practicarlos te da los atributos diferenciales frente a la competencia y representa la carta de presentación ante una sociedad cada vez más aguda a la hora de escrutarnos. Podría referirme a una docena de valores empresariales de indiscutible importancia, sin embargo hoy quiero referirme a tres fundamentales: respeto, confianza y pasión.
Como lo afirma una frase de Patricia Uhrich: Para hacer una relación sustentable, debes cobijarla con respeto, compromiso y confianza. Con estos abrigos, es capaz de enfrentar y resistir ante las peores tormentas”.
En un conglomerado con diversidad de jerarquías, disciplinas, edades, ideologías y expectativas, el respeto se impone para lograr una interrelación fructífera. Bien se dice de ella cuando la catalogan como la esencia de las relaciones humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en equipo y de cualquier relación interpersonal. Y todo comienza con tratar de la misma forma como quieres ser tratado. Más allá de la cortesía, el respeto en la organización es multidireccional y promueve mayor creatividad y productividad en los equipos de trabajo. A falta de ella es inviable la confianza, y cualquier otra relación de convivencia.
En cuanto a la confianza, debo comenzar por afirmar que el mundo de los negocios sería imposible sin ella. La confianza es fundamental de cara a los clientes, los empleados, los proveedores y la comunidad, sobre todo cuando de ella depende la naturaleza misma del negocio. Sólo basta imaginar la falta de ella en el sector de banca y seguros para percibir sus consecuencias.
Ahora, la confianza debe generarse desde adentro a través del ejemplo. A su vez, es la que impulsa a que tus colaboradores sean más autónomos a la hora de actuar, sin depender exclusivamente de las instrucciones. A través de ella puedo aumentar las posibilidades de desempeño, productividad y creatividad de un equipo humano, propiciando además un ambiente óptimo y prometedor.
Pero la pasión es para mí esa energía positiva y necesaria que impulsa cualquier proyecto. Está intrínsecamente relacionada con el amor por lo que hacemos y se dirige a alcanzar la excelencia en función de nuestros clientes y relacionados. No se concibe emprendimiento sin pasión y es muy difícil disparar esa chispa de perseverancia, creatividad y coraje ante las dificultades.

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miércoles, 21 de junio de 2017

Raúl Gorrín: Liderazgo humanista pensando en el país

Cuando la sensibilidad, el deseo y la voluntad de crecer y hacer crecer es más poderoso que el impulso lógico y natural de todo empresario de hacer riqueza, el camino propicio es el del humanismo empresarial y con ello, el liderazgo humanista.

En mi criterio, el enfoque humanista en las empresas, nos centra en las personas, en los diversos equipos humanos que más allá de conformar a la empresa, trabajan arduamente en mejorar y desarrollarse, en progresar y hacerlo extensivo a su familia y a su comunidad.

Es así como el liderazgo humanista se fundamenta en la persona, es su signo diferencial y le otorga una serie de atributos que se oponen en gran medida a liderazgo fundamentado en el poder, la imposición y la coerción en función de sus objetivos.

De ahí que comparta el  pensamiento de Enrique de Sendagorta cuando afirma que “El humanismo es uno de los pocos “ismos” ´no ideológicos que trasciende las épocas, las culturas y las naciones; estuvo, está y estará sirviendo de brújula para todo aquel que aspire a lograr una existencia plena. El líder humanista está dirigido por un espíritu que ambiciona adquirir y ejercer el mayor número de virtudes” 

Mucho se ha escrito sobre las cualidades que debe tener un líder humanista, sin embargo destacaría la coherencia en sus acciones, sensibilidad sin que pueda confundirse con debilidad, actitud y preparación para navegar a contracorriente y enfrentar adversidades poniendo por delante el  interés y el bienestar de su equipo. Un equipo al que aprecia y valora en su diversidad para optimizarlo, complementarlo y hacer que todos avancen según sus capacidades y posibilidades. Un líder humanista adquiere su autoridad a través del mérito y su campo de acción trasciende lo grupos inmediatos para proyectar su voluntad de innovación y progreso a toda la  comunidad. En lo particular, los proyectos empresariales que hemos desarrollado se rigen bajo esta filosofía y actualmente nos proponemos ser un referente a partir de nuestros logros, la satisfacción de nuestros intereses y el Compromiso Social Empresarial (CSE) que mantenemos con determinados sectores de la sociedad, donde trasladamos nuestros valores y el deseo ferviente de sacar adelante a nuestro país en función de su gente.



Del mismo modo aspiro y estoy a disposición para contribuir con el surgimiento de una generación de emprendedores humanistas, éticos, humildes, solidarios y respetuosos con el medio ambiente que impulsen a esta Venezuela que está por venir, llena de posibilidades para todos.


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jueves, 15 de junio de 2017

Calidad e inclusión, dos prioridades para nuestra educación



Cuando me dirijo a mis allegados siempre insisto en alcanzar la excelencia como una virtud que nos obliga a ser cada día más eficientes y competitivos. Si hablamos de excelencia empresarial, puedo decir que me identifico plenamente con sus supuestos hacia una gestión basada en liderazgo y revisión constante de procesos.
Sin embargo, cuando trato el tema de educación, prefiero hablar de calidad educativa porque entre sus atributos esta la inclusión, que conduce a la igualdad. De hecho, es el término que utiliza la Unesco en sus documentos  de Educación para Todos (EPT)
La calidad educativa, aunque esté relacionada con la excelencia, supone la adecuación a la realidad y a las necesidades de cada estudiante; capacidades, situación socioeconómica, vocación y prospectiva hacia el porvenir. Su aplicación representa parte del compromiso mundial EPT cuando propone “Mejorar todos los aspectos cualitativos de la educación, garantizando los parámetros más elevados, para conseguir resultados de aprendizaje reconocidos y mensurables, especialmente en lectura, escritura, aritmética y competencias prácticas”.
Viéndolo así, la calidad de la educación implica un gran esfuerzo para mejorar ciertos factores que  inciden en ese cometido, entre ellos, la condición integral de los alumnos (salud, nutrición, situación socio-afectiva, familiar, etc.) la preparación de los docentes y los métodos educativos empleados para el proceso enseñanza-aprendizaje.
Como profesional y empresario venezolano, que vive e invierte en esta tierra, y que está convencido de que la educación masiva y de calidad es la llave maestra para superar nuestras dificultades como país, asumo el compromiso de apoyar a las nuevas generaciones en formación a través de programas de Compromiso Social Empresarial (CSE) tales como “Una Carrera por el Futuro” y “Para que los niños vean un futuro mejor”, impulsados a través de Seguros La Vitalicia y dirigidos a estudiantes de educación primaria y media de bajos recursos.
Hace unos días vivimos una grata experiencia con los becarios de la Asociación Civil Buena Voluntad, una ONG dedicada a formar para el trabajo digno e inclusivo a decenas de jóvenes con diversos tipos y grados de discapacidad, que acudieron a nuestros talleres de formación integral como complemento a una ayuda económica que se está otorgando. Ellos son parte de los 300 estudiantes que solo en este año se han beneficiado de lo que considero un modesto pero oportuno incentivo para que mantengan sus altos promedios de notas y se enfilen hacia otros retos académicos que les permita superar la pobreza.
En el segundo programa, hemos optado por celebrar una alianza con el gobierno local del municipio Sucre para apoyar la promoción de la lectura como práctica indispensable en el desarrollo cognitivo de los niños y con ello mejorar la calidad de la educación, a través de la capacitación y sensibilización de los docentes, la creación de clubes y actividades lúdicas en torno a los libros, así como la evaluación visual y la donación de lentes formulados para quien los necesite en esas comunidades educativas.
Probablemente hay quien piense que este tipo de contribuciones son insuficientes para ese enorme reto de mejorar la educación pública y gratuita. Pero estoy seguro que nuestra acción social no solo impactará favorablemente en esos núcleos familiares, educativos y comunitarios, sino también en gran cantidad de empresas y demás organizaciones públicas y privadas que también podrán sumarse a esta tarea.
Por eso insisto en afirmar que invertir en la educación de los jóvenes es apostarle al futuro de nuestro gran país.

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lunes, 12 de junio de 2017

Raúl Gorrín: Reconozca y huya de la mediocridad




Quienes me conocen de mi entorno personal y profesional saben que suelo ser intolerante con la mediocridad. Y aunque mucho se ha hablado de sus perniciosas consecuencias, nunca será demasiado cuando de erradicarla se trata.

En primer lugar, la mediocridad es un flagelo que corroe la voluntad, el deseo de superación, el éxito y los sueños. Impide, con lamentables excusas, que aflore lo mejor de nosotros para reducirnos en seres incapaces de surgir y destacarnos. Porque es bien sabido que nada logra quien no se esfuerza, se disciplina, se organiza y asume retos trascendiendo sus propios límites.

A ella se le oponen la creatividad, la perseverancia, el espíritu emprendedor, la proactividad, el aprovechamiento de las oportunidades y el desarrollo integral.

En el plano empresarial, no hay peor situación que aquella donde no tiene cabida la innovación, la excelencia, la competitividad, la determinación de crecer y lograr metas, para con ello trazarse otros retos, sin que se detenga esa espiral de productividad.

Y es que la mediocridad es como una neblina opaca y pesada que cuando no logra contagiarlo todo, vive a expensas de los que se resisten a caer en ese nefasto letargo de existir con el mínimo esfuerzo.

José Ingenieros, autor del libro “El hombre mediocre”, nos da algunas pistas para reconocerlos y actuar en consecuencia:

-El mediocre es acomodaticio y oportunista.
-Vive de las apariencias.
-Imita a los demás y vive mentalmente en el pasado.
-Es repetitivo y nada original.
-Se autoengaña para no tener que cambiar.
-Es envidioso porque no usa su poder para alcanzar sus sueños.
-Le teme a lo creativo, huye del cambio, es rutinario.
-Tiende a ser burlón, no cree en la belleza o la perfección.
-Permite a otros que piensen por él, no es autónomo para decidir.
-Anhela el éxito logrado por otros.

Así que ya sabe. Huya de la mediocridad antes de que ella lo envuelva en su sombra gris de inercia, conformismo, envidia y flojera mental.


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viernes, 9 de junio de 2017

Raúl Gorrín: Tierra de triunfadores


Esperanza, ilusión, euforia, orgullo. Una explosión de emociones de júbilo asaltó a gran  parte de los venezolanos una vez que la Vinotinto marcara un record en su historial al clasificarse a la final del Mundial sub-20 que se celebra en la República de Corea.

Este regocijo en medio de la turbulencia nos reconforta, nos llena de fe en nuestra gente y en lo que somos capaces de lograr en equipo con preparación, disciplina, constancia y enfocados hacia el logro de nuestros objetivos.

No es casualidad que en el Grupo Gorrín apoyamos el quehacer deportivo y exaltamos ese espíritu de competencia y esa determinación de triunfar más allá de las adversidades a base de esfuerzo y tesón, ese deseo de dejar en alto nuestro tricolor y de servir de ejemplo para que las nuevas generaciones rompan esquemas y generen los cambios que actualmente reclama el país.

"Toda la gloria para Dios, hoy nos ha dado la fuerza y la sabiduría para pasar a la final y regalarle esta inmensa alegría a nuestro país", así lo manifestó el director técnico Rafael Dudamel a través de su cuenta en Twitter,  junto con el agradecimiento a esa fiel y ferviente fanaticada que los ha acompañado en todos sus altibajos hasta hoy, para saborear juntos el éxito hasta ahora alcanzado.


Venezuela es tierra de triunfadores. No importa lo oscura que pueda parecer la noche o el tamaño del compromiso. Saldremos adelante y fortalecidos para crear juntos el país que todos nos merecemos. Gracias Vinotinto por tantas sonrisas.

jueves, 8 de junio de 2017

Raúl Gorrín: Soy un empleado proactivo… ¿Cómo saberlo?





La proactividad parece una característica que no todos tenemos; sí somos proactivas no tenemos temor a los cambios; todo lo contrario, muchas veces somos nosotros quienes los impulsamos, entonces, dejemos de temer a la incertidumbre, y a las cosas novedosas y tengamos una actitud positiva frente a lo que no conocemos.
Particularmente en el plano laboral y en estos tiempos es una cualidad muy solicitada, prácticamente no existe aviso de búsqueda de empleo que no solicite persona proactiva para desarrollar tales o cuales tareas; incluso muchos empleadores están viendo este detalle como muy importante más que estar formado o tener experiencia y/o conocimiento.
Consultores labores definen este concepto como una actitud personal del trabajador, que nos permite aventajarnos a los problemas antes de que éstos ocurran; es decir como empleados nos adelantamos a las soluciones antes de que sea tarde, incluso antes de que las solicite nuestro jefe o supervisor inmediato.
Cuando somos empleados proactivos enfrentamos y resolvemos con éxito cualquier problema, además de aguantar las presiones de los superiores inmediatos con un gran sonrisa y demostrar que se trata de un desafío y no un problema; demostramos que tenemos el deseo y la capacidad de lograr que las cosas mejoren.
Siempre debemos tomar la iniciativa en las tareas que están bajo nuestra responsabilidad y en las cuales podemos decidir. Expertos en estos temas recomiendan que no debemos perder el tiempo analizando o consultando con los superiores si es algo que nosotros mismos podemos decidir. Los especialistas sostienen que, si analizamos demasiado un asunto, el miedo al fracaso no tardará en aparecer y probablemente tardemos en resolverlo o busquemos la aprobación de alguien más.
Muchas veces, cuando damos el primer paso las cosas se ponen en marcha por sí solas y una vez enrumbadas seguir este impulso no es tan complicado. Si en cambio perdemos el tiempo analizando y pensando, jamás pondremos en movimiento nuestra proactividad. Correr riesgos es parte de esta labor, enfrentar los cambios con todas sus consecuencias es el mayor desafío, pero no una limitación, busquemos el éxito como empleados proactivos, es una sensación muy satisfactoria a la que se agarra gusto.
Una vez que la experimentamos es como una especie de vicio cuyo efecto queremos seguir disfrutando y sintiendo, aunque sea con pequeños logros, los cuales son los más grandes motivadores para continuar siendo empleados proactivos, exitosos y felices.

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