sábado, 4 de febrero de 2017

El empresario debe ser optimista, una condición ineludible dentro del entorno humanista



Por Raúl Gorrín.- El emprendedor es por naturaleza optimista. A veces ese optimismo raya la temeridad, pero todo aquel que se lanza a un nuevo proyecto o una nueva iniciativa lo hace pensando en el éxito, concepto que para cada persona tiene un significado diferente.

Es optimista el que está dispuesto a salir de su zona de confort para asumir nuevos riesgos. Es optimista el que es capaz de plantearse nuevos retos aun cuando ha fracasado en sus intentos anteriores. Es optimista el que piensa que a pesar de las dificultades va a ser capaz de sacar adelante su idea y se esfuerza en conseguirlo.

El emprendedor se encuentra muchos obstáculos en su camino. Algunos conocidos de antemano, otros inesperados y, en la mayoría de los casos, suficientemente grandes como para que una persona que no tenga un espíritu optimista y un gran afán de superación deseche la idea de intentarlo antes de empezar.

Siempre les recomiendo: Que nadie nos quite la ilusión de seguir intentándolo, ni la idea de que hay un montón de oportunidades ahí fuera y que el mundo es del que lo intenta y no del que se queda esperando a que los demás le solucionen los problemas.


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