jueves, 1 de septiembre de 2016

Raúl Gorrín: ¿Cómo manejar los problemas de salud de sus empleados?

Resultado de imagen para problemas de salud de sus empleados(Raúl Gorrín) De estar enfermos nadie se escapa, a todos nos pasa, desde un resfriado hasta padecimientos más complicados, unos más desafortunados que los otros. Esta situación se hace sentir en los centros de trabajo, donde los directivos y líderes deben aprender a manejar el hecho y, sobre todo, deben prepararse para ayudar a los trabajadores con problemas de salud.

El asunto requiere más cuidado cuando de empleados con enfermedades de gravedad o trastornos de gran delicadeza se trata. Gestionar esto es muy difícil para cualquier jefatura.

Es una tarea urgente esta por cuanto a la empresa le interesa, aparate de la salud de sus empleados, el lograr que estos se reincorporen cuanto antes a su trabajo.
Se ha determinado que los problemas más serios y costosos son el abuso de drogas, la depresión y la violencia. Raúl Gorrín)

En el primero de los casos, es decir los trabajadores con problemas de adicción a las drogas y el alcohol es el flagelo de mayor incidencia en los centro de trabajo, según indican algunas estadísticas. Estas revelan que entre 6 y 15 por ciento de los empleados de pequeñas y grandes empresas sufren de adicciones a drogas o alcohol.

Igualmente se ha establecido que 75 por ciento de quienes acuden a servicios de emergencia telefónicos lo hacen por problemas con drogas, mientras que 44 por ciento vende drogas a sus compañeros de labores y 18 por ciento roban dinero a otros trabajadores para comprar las sustancias de adicción.

Igualmente investigaciones señalan que el alcoholismo representa el 15 por ciento de los costos de salud.

Pese a lo que apuntan las evidencias, los líderes de los centros de trabajo se niegan a reconocerlo. (Raúl Gorrín)

Estas situaciones ocasionan frecuentes ausencias en el trabajo, bajo rendimiento, aumento de los accidentes laborales, cambios en los hábitos de trabajo.

Algunas empresas han comenzado a implementar programas educativos y de prevención entre sus trabajadores.

La depresión es el segundo de los problemas de salud con más incidencia en los centros de trabajo. Se ha determinado que la mayoría de los casos se presentan entre los empleados en edades comprendidas entre los 25 y los 44 años. Estaríamos hablando de un empleado entre 20 por cada empresa.
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Lo peor es que dos tercios de estas personas no reciben la atención médica necesaria.

La depresión es ignorada o encubierta.
Esta enfermedad tiene una alta incidencia en las finanzas de las empresas, llegándose a estimar en 27 mil millones de dólares anuales.

La depresión es la causa de mayor ausentismo laboral, mucho más que la hipertensión, la diabetes y los problemas intestinales. 

Entretanto, la violencia tiende aumentar el nivel de incidencia en las organizaciones, llegándose a registrar unos mil 600 homicidios en los lugares de trabajo cada año. Una cifra que va en ascenso.

Los trabajadores potencialmente violentos presentan irritabilidad crítica y son por lo regular perturbadores. Son muy sensibles a la crítica, son maliciosos y perciben como conspiración toda actitud que tienda a mantenerlos al margen.

Ante las situaciones descritas de adicción, depresión y violencia, corresponde al líder empresario y emprendedor, mantenerse atentos a los cambios de conducta, cambios de hábitos en el trabajo y en las relaciones laborales. Es necesario abordar el problema como cualquier otro.

Controle la asistencia y el rendimiento laboral tan pronto perciba la situación irregular. No diagnostique pero sí informe a los empleados y jefes del asunto y trate de canalizar la ayuda profesional para el asunto.

Lo más probable es que las personas en esta situación se nieguen a aceptar el problema. Como jefe le corresponde centrarse en el rendimiento laboral y no en la personalidad del trabajador. Manténgase firme e insista que el empleado afectado recurra a la ayuda profesional.

Resultado de imagen para problemas de salud de sus empleadosEn cuanto a los empleados perturbadores es preciso controlarlos para que no alteren el clima del lugar de trabajo.

La ciencia ha determinado que hay algunos estadios o tipos de estas personas. Están los que por su aspecto físico intimidante tratan de avasallar a sus compañeros. Están siempre prestos al conflicto.

Está el empleado negativo que nunca se siente feliz y se niega a toda posibilidad de convivencia. Lo mejor es no discutir con ellos y demostrarles que su negatividad no tiene fundamento.

El trabajador indiferente es callado e insensible a los pedidos de ideas, colaboración o soluciones. Lo pertinente es plantear los problemas o situaciones ante ellos y hacer silencios que los conminen a participar y a hablar. Hágale saber que su actitud crea serios problemas.

Ente el empleado fanfarrón que permanentemente abruma al resto con sus intervenciones en las que buscan proyectarse como expertos en toda materia. Hágales saber que usted entiende lo que dicen. Si no está de acuerdo con ellos pídales más información que en la medida en que avanzan en su discurso pierden pericia y efectividad. Demuéstrele su autoridad y hágales saber quién es la persona que manda. (Raúl Gorrín)

Ante el empleado que ante cualquier circunstancia quiere boicotear al resto, ironizar sobre ellos o atacarlos subrepticiamente, conmínelos a acabar con esa situación. Esto hágalo en privado. Reprócheles sus críticas encubiertas y enfatice que no está dispuesto a tolerar esta situación.

A quienes se mueven entre el humor y los arranques de ira es mejor dejarlos tranquilos en los momentos en que esto último sucede pues no se sabe nunca cuál puede ser su reacción, pues son personas irracionales. Tampoco demuestre miedo. Luego hable con él a solas y de manera firme y contundente adviértales que no está dispuesto a tolerar estas situaciones. Pregúntele acerca del porqué de sus reacciones y juntos traten de resolver el problema.


Al trabajador insatisfecho, ese que se queja por todo, escúchelo con atención y parafrasee sus quejas y reclamos. Pídale sugerencias para solucionar los supuestos problemas. Póngale tareas específicas que lo puedan ayudar a ver la situación con mayor perspectiva. Ínstelo a que analice la situación y determine cuánta pertinencia y legitimidad hay en sus reclamos. (Raúl Gorrín)