lunes, 27 de febrero de 2017

¿En cuál de estos tipos de liderazgo empresarial encaja el suyo?




Por Raúl Gorrín.- Por liderazgo empresarial u organizacional entendemos aquellas habilidades que tiene una persona para influir en la forma de ser o de actuar de otros individuos o equipos de trabajo, logrando que estos laboren con entusiasmo en pos de alcanzar los objetivos y las metas trazadas.

El verdadero líder es motivador, toma la iniciativa, delega responsabilidades en otros.

No es fácil la gestión empresarial, es una tarea compleja que requiere, como apuntamos al principio, de una serie de habilidades que faciliten la labor de guiar a otras personas.

Algunos insisten en afirmar que el liderazgo no se aprende sino que es una cualidad con la que se nace. No negamos que sea posible que algunas personas posean habilidades natas, pero también como muchas conductas, creemos que es posible el aprendizaje de dichas destrezas.

Lo cierto es que no existe una única manera de liderar. Se han establecido varios tipos de liderazgo con características específicas. Veamos algunos:

En primer término encontramos el liderazgo natural que aunque no es reconocido oficialmente como una categoría, es aquel propio de las personas —como apuntamos líneas más arriba— con cualidades natas para ser un líder. Son aquellas que mientras se lleva a cabo una tarea o se desarrolla un proyecto, se levantan como guías dentro de los equipos de trabajo.

Este tipo de líder es muy apreciado por el resto de las personas que conforman el grupo pues no es una imposición sino de una actitud surgida de manera espontánea a la que se pliegan voluntariamente los otros. En este tipo de liderazgo hay participación de todos en las decisiones que responden al consenso.

Sin embargo, este líder puede perder peso por la presencia de otros tipos de liderazgo en el equipo de trabajo.

Luego tenemos el liderazgo autocrático que es aquel en el que el líder ejerce el poder absoluto dentro de los equipos mientras el resto de los integrantes simplemente se pliega a sus decisiones. Se trata de un tipo de liderazgo extremo en el que las personas están solamente para cumplir los lineamientos de quien ejerce la autoridad.

Es un liderazgo altamente restrictivo pues limita la capacidad movimiento y acción de los miembros del grupo. La responsabilidad y el mérito de cada acción recaen solamente en el líder.

En las organizaciones en las que se ejerce este tipo de liderazgo impera un alto índice de rotación de personal. Este tipo de liderazgo funciona casi exclusivamente en grupos integrados por personal con baja cualificación.

En tercer lugar tenemos el liderazgo carismático que se sustenta en los sentimientos, emociones y sensaciones que los líderes despiertan en el resto de los integrantes del grupo.

Quienes ejercen este tipo de liderazgo estimulan al resto de las personas a través de sus palabras y de su actuación.

El líder carismático despierta el entusiasmo e ilusión en los miembros del equipo de trabajo.

De cualquier manera, hay que apuntar que este es un tipo de liderazgo muy personalista que, por lo general, causa problemas pues los proyectos pierden viabilidad cuando el líder se ausenta o los abandona.

Por su parte el liderazgo democrático es aquel que se ejerce con la participación de todos los integrantes del equipo, pues aun cuando el líder tiene la última palabra, escucha primero el parecer y las opiniones de todos. Para decidir sopesa todos los puntos de vista.

Este tipo de liderazgo genera satisfacción en los grupos y los motiva a seguir trabajando en pos de alcanzar los objetivos y metas.

Como punto negativo, el liderazgo democrático tiene el tiempo que se requiere para que el líder pueda escuchar todas las opiniones y decidir en consecuencia.

El liderazgo ”aissez-faire” —déjalo ser— es aquel que brinda gran autonomía a los integrantes del equipo de trabajo.

Este es un liderazgo muy efectivo cuando se ejerce en grupos integrados con individuos de alta calificación y mucha experiencia.

La labor de este tipo de líder es la monitorización y seguimiento del trabajo.

Aparte se encuentra el liderazgo transformacional, tenido como el mejor, pues propicia el cambio, el desarrollo y, por supuesto, la transformación de los integrantes del grupo en función del proyecto a llevar a cabo.

Es un liderazgo que potencia las cualidades de los integrantes del equipo y se dirige a sacar lo mejor de cada uno.

Según los expertos, el líder transformacional posee elementos de todos los tipos de liderazgo antes mencionados y aunque no es autocrático si está consciente de su papel de cabeza de equipo.


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