Por Raúl Gorrín.- El ambiente de trabajo es fundamental en toda organización. Un personal satisfecho produce más y por supuesto es más rentable. Por tanto la gestión empresarial pasa por mantener el mejor confort a los principales colaboradores de toda organización, los trabajadores.
Una manera de fomentar dicho bienestar es brindar el mejor confort y herramientas al personal para que desarrolle su labor de la manera más prolija. Entre estas herramientas encontramos la tecnología con sus múltiples adelantos.
Dotar al personal de la mejor tecnología contribuye al rendimiento, al enriquecimiento de los procesos, a mejorar la comunicación y el entendimiento entre los miembros de los equipos de trabajo.
La inversión en tecnologías de punta contribuye al desarrollo y evolución de la estructura organizativa gracias a la dinamización de los procesos, la agilidad, la flexibilidad y el dinamismo que, además, fomentan también la conciliación laboral y familiar, lo que motiva y aumenta el compromiso e identificación del trabajador con la empresa.
Así tenemos que la tecnología en los actuales tiempos es una condición necesaria si se quiere permanecer en el mercado. Pero hay que subrayar que esta es sólo una parte del engranaje que debe instrumentarse.
El apuntalamiento tecnológico debe ir acompañado del apoyo del liderazgo y las directivas de las organizaciones dispuestas a enriquecer el entorno laboral con lo mejor de su talento y llamando a los más hábiles y capaces para que les acompañen en la tarea de hacer crecer la organización con armonía entre sus miembros.
No se debe subestimar tampoco el impacto que las nuevas tecnologías pueden tener en la organización, especialmente entre los colaboradores. Estas innovaciones deben ir acompañadas de programas de formación y adiestramiento que ayuden al personal a adaptarse a las nuevas situaciones y procesos.
Las nuevas tecnologías contribuyen a una mejor gestión de la marca, al tiempo que apuntalan la percepción favorable de la empresa ante su público. Se robustece también el bienestar y compromiso de los equipos de trabajo que emocionalmente se sienten más identificados con la organización.
Es fundamental que las áreas de recursos humanos, marketing y tecnología trabajen de la mano para lograr esta optimización y mejoramiento de la marca a través de la inversión tecnológica.
La inversión en tecnologías gozará de mayor aceptación si va a acompañada de un plan de comunicación e información en el que se detallen los beneficios que la organización y el trabajador obtendrán con los cambios que se van a implementar.
Por último, los departamentos de recursos humanos tienen que desarrollar políticas que promuevan el uso correcto, prudente y saludable de las nuevas tecnologías, esto con el objetivo de proteger el bienestar físico y la integridad emocional de las personas.
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