jueves, 20 de abril de 2017

Sea feliz en su camino hacia el éxito






Por Raúl Gorrín.- Por lo general las personas se plantean la felicidad una vez han alcanzado determinados objetivos y metas y olvidan por completo el disfrutar del trayecto para lograrlo.

El problema es que algunos llegan muchos años después de un montón de luchas obviando por completo que hubiese sido más satisfactorio y alegre si el trabajo por lograrlo también lo hubieses disfrutado.

Es importante alcanzar el éxito, pero también lo es el trabajar por alcanzarlo. No hay que privarse del placer que ambas etapas conllevan.

Nos han enseñado que solamente seremos felices cuando logramos alcanzar el éxito, ser famosos, coronarnos campeones en algo. No, no estamos diciendo que esté mal, construir una empresa que puede cambiar por completo tal o cual situación nacional o internacional.

Es decir, nos enfocamos en lo grande, en lo apoteósico y desdeñamos de la lucha, del camino. Y ni hablar si no se alcanzan los resultados esperados sino un segundo o tercer lugar. Para muchos esto último es motivo de frustración.

Lo que estamos diciendo, amigos, es que debemos aprender a ser felices por el mero hecho de vivir, de estar en la brega, de tener la oportunidad de emprender este u otro camino. 

No se trata de desdeñar la lucha. De ninguna manera. Está bien el querer alcanzar propósitos en la vida. Lo importante es disfrutar y ser felices con el solo hecho de tener la oportunidad de hacerlo, se gane o se pierda. Cuando la actitud es esa, pues sencillamente no hay frustración.

Lo importante es mantener los niveles de motivación, cualquiera que sea el resultado. Si un objetivo no se logró, debemos aprender a sentirnos satisfecho por haberlo intentado y seguir adelante igualmente motivados por otras cosas, por ejemplo, por seguir viviendo. ¿Le parece poco?

Si, obviamente es natural que con el paso del tiempo el rendimiento no sea el mismo. Igualmente, los objetivos y metas que se planteen aunque ya no sean tan ambiciosos, es posible bregar por ellos con igual o similar motivación. 

¿Y por qué no superior motivación? Recuerde que la motivación viene de su interior. Lo importante es amar lo que se hace. Ese es el gran secreto.

Amar el trabajo diario, amar la lucha, el camino, es ya la felicidad. 

Cuando se aprende a amar el proceso de lo que se hace sin importar el objetivo y las metas, sencillamente encontramos la felicidad porque hacemos lo que queremos y entonces se mantiene la motivación.


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