viernes, 28 de abril de 2017

¿Es usted adicto al trabajo?





Por Raúl Gorrín.- Trabajar es sin duda una bendición que permite al hombre desplegar todo su potencial, tanto para garantizar su subsistencia, como para mostrar y desarrollar sus talentos y habilidades. En el trabajo el ser humano da lo mejor de sí mismo y para ello se prepara desde sus primeros años estudiando y formándose en algún oficio, vocación o profesión.

Sin embargo, hay que advertir que es una cosa es dar lo mejor de sí y cumplir con la responsabilidad de trabajar y otra muy distinta es convertirse en un adicto al trabajo olvidándose por completo del resto de las actividades y compromisos consigo mismos, con la familia y con la sociedad.

A los adictos al trabajo también se les conoce como workaholics y se caracterizan porque para ellos el trabajo se convierte en centro de sus vidas y no pueden resistirse laborar fuera de horarios, a abandonar cualquier otra actividad y compromiso establecido para dedicarse a trabajar. Al adicto al trabajo poco le importa lo que piensan y sienten sus seres queridos —desplazados por la actividad laboral— para ponerse a trabajar fuera de horas y abandonar los espacios destinados a la familia y el bienestar personal.

¿Cómo identificar a un adicto al trabajo?

Lo primero es darse cuenta que el trabajo comienza a desplazar el resto de las facetas de la persona, la mente sólo se ocupa de pensar en el trabajo y en lo que hay que hacer, es imposible concentrarse en otras actividades.

Entre los síntomas de la adicción al trabajo encontramos, en primer lugar, la dificultad para relajarse, siendo que quienes lo padecen no pueden conciliar el sueño por las noches ni relajarse. Se la mantienen alterados y tensos.

Las personas adictas al trabajo no pueden cambiar su actitud ni siquiera cuando están en su lugar de descanso.

En segundo término, los adictos al trabajo sienten una enfermiza necesidad de controlar todas las situaciones, circunstancias, los horarios, todo. Sin embargo, se descontrolan emocionalmente cuando siente que algo se sale del cauce que ellos consideran deben seguir los acontecimientos.

En tercer lugar, los adictos al trabajo son fácilmente identificables porque para ellos es difícil relacionarse fuera del ámbito laboral. Tienen grandes dificultades para establecer vínculos con personas fuera de su centro de trabajo. 

El trabajo lo domina todo en su vida y sus conversaciones girarán casi exclusivamente sobre lo que en el contexto laboral sucede. Son personas aisladas y con muy pocas amistades y nexos.

Para los workaholics el éxito sólo se circunscribe a aquellos logros alcanzados en lo laboral y el rendimiento y productividad laboral acapara sus aspiraciones. 

Atrincherados en el trabajo, estas personas evitan problemas personales, la afectividad con otras personas y cualquier otra situación que se ubique fuera los muros de su oficina o empresa.

La adicción al trabajo es causada generalmente por la alta competitividad imperante en algunas empresas en las cuales las personas para alcanzar figuración hacen cualquier cosa para escalar y hacerse notorios como profesionales.

Igualmente la excesiva ambición y los puede llevar a obsesionarse con escalar en la pirámide organizacional y para ello son capaces de lo que sea. Carecen de reparos y escrúpulos para lograr figurar en los primeros lugares dentro de las organizaciones.

Carecen de orden y por eso son incapaces de culminar sus tareas dentro de los horarios establecidos.



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