viernes, 31 de marzo de 2017

Currículo anónimo ¿En serio?



Por Raúl Gorrín.- A la hora de buscar un empleo lo que procede es elaborar el currículo u hoja de vida en el cuál los candidatos presentan su perfil profesional a la consideración de las empresas o instituciones en las cuales aspiran ingresar como trabajadores.

El currículo —sea impreso, digital o en video—resume los datos de identidad, experiencia profesional, formación académica, actitudes, aptitudes y aspiraciones del candidato.

Al ser la primera imagen que del candidato se tiene, resulta un documento de gran valía, en el que hay que poner mucho interés al momento de diseñar y redactar, de manera de hacerlo atractivo a los ojos del seleccionador.

Lamentablemente también hay que decir que algunos de los datos del currículo en ocasiones se convierten en un problema, en piedra de tropiezo para lograr ser considerados para un puesto. Tales datos por los que se puede —lamentablemente, repetimos— descartar a un aspirante, corresponden al sexo, edad, nacionalidad —deducible esta por los apellidos, el nombre, etc. —, fotografía, un hecho que puede ser consciente o inconsciente a causa, principalmente, de prejuicios y estereotipos que están interiorizados en el ámbito de algunas organizaciones.

Ante este hecho y como un intento de evitar tal circunstancia en algunos países, principalmente europeos, ha comenzado a recurrirse al currículo anónimo, el cual se define como la hoja de vida del postulante que omite los datos antes citados para impedir la discriminación en el proceso de selección de los candidatos.

Entre las ventajas del currículo anónimo está el hecho de que facilita el acceso a los procesos de selección de personal a personas que de otro modo se verían segregadas de los mismos.

Igualmente contribuye a fomentar la igualdad de género al momento de acceder a puestos de trabajo que por creencia social y estereotipo se asocian a determinados sexos.

El currículo anónimo contribuye a que las organizaciones centren su atención en los aportes que los candidatos pueden hacer a las mismas sin condicionamientos.

Permite descubrir talentos de gran valor que suelen pasar desapercibidos en razón de las políticas discriminatorias imperantes.

Entre los inconvenientes y desventajas del currículo anónimo encontramos que si bien facilitan el acceso a los procesos de selección a personas que de otra manera no habrían podido hacerlo, al momento de la entrevista estos mecanismos discriminatorios y prejuicios pueden reactivarse, dando al traste con esta iniciativa.

El currículo anónimo supone un incremento de los costos del proceso de selección de personal toda vez que para algunos puestos —se quiera o no— factores como la edad o el físico, son de vital importancia.

El proceso puede ser estresante para los candidatos, quienes por las características del mismo, pueden desarrollar niveles de angustia y luego de frustración al no descubrir que no poseen las cualidades para desempeñar determinados puestos o funciones.


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