jueves, 2 de marzo de 2017

No deje que el miedo al fracaso frene su emprendimiento y desarrollo personal



Por Raúl Gorrín.- Por supuesto que emprender llena de incertidumbres, miles de preguntas en torno si nuestro proyecto es realmente viable y sobre si seremos capaces de hacerle frente a los cientos de retos que se nos pondrán por delante.

Y la pregunta que seguramente más inquietud generará: ¿Tendré éxito con este emprendimiento?
Es normal sentir temor, lo anormal y preocupante sería no sentirlo.

Lo importante es no dejarse dominar por él y, sobre todo, no permitir que le impida seguir adelante.

En lo personal, por ejemplo, todos nos enfrentamos día a día a nuevos retos, cada amanecer de hecho es uno de esos nuevos retos. El asunto es que el cambio, salir de la zona de confort a la que estamos acostumbrados causa temor y algunas veces el miedo paraliza.

Y si bien en cierto margen el miedo es bueno, cuando sobrepasa los límites revela falta de confianza en sí mismo.

Así, ante los retos personales lo mejor es hacer un recuento de los pasos que nos han traído al lugar en que estamos hoy día y ver que entonces sólo se trata de avanzar un poco más. Así verá que esa puerta que tiene delante le permitirá lograr esos objetivos que previamente se trazó. Valore las circunstancias y valórese a usted mismo y siga adelante.

En lo laboral también hay temores. Preguntarse si cambiar de trabajo o ese nuevo puesto en la empresa en la que ya trabaja siempre generará dudas.

Si lo han considerado para ocupar ese cargo superior o si lo aceptaron luego de esa dura entrevista de trabajo, quiere decir que los demás han advertido unos méritos que usted mismo no puede desestimar. Crea en usted de la misma manera como lo demás también creen.

En caso de que haya decidido dar el paso hacia la independencia y se encuentre a un paso de acometer un emprendimiento es tanto más normal que sienta miedo. Es más, lo más probable es que este temor sea mayor al que nunca antes haya experimentado.

No se preocupe, eso también es normal.

Seguramente muchas voces se levantarán para cuestionar su decisión y haciéndole advertencias sobre el futuro incierto que significa emprender. Tal vez no lo hagan con mala intención, pero si usted ha decidido dar este paso luego de haber analizado el panorama y una serie de elementos y circunstancias, sencillamente no les haga caso y siga su camino.

Conéctese con sus sueños, con eso que lo motivó a dar este paso, reoxigene sus esperanzas y prosiga. Sienta la pasión nuevamente, esa que lo llevó a planificar su emprendimiento. Propóngase enamorarse cada día más de lo que hace y de lo que aspira.

Finalmente, si las cosas no salen todo lo bien que esperaba eso tampoco es razón para sentir que fracasó. Tómelo como una enseñanza. A todo el mundo le ocurre, es parte del crecimiento. Lo importante es haberlo intentado.

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