Una Empresa Socialmente Responsable (ESR) es la que realiza acciones voluntarias para contribuir al desarrollo social, económico y ambiental del entorno y de las comunidades donde desarrolla sus actividades productivas. De este modo mejora la ventaja competitiva de empresarial.
Se considera ESR a las organizaciones que actúan respetuosamente en todos los niveles de su cadena de producción, pagando precios justos por las materias primas y tratando con dignidad a sus trabajadores. También cumplen la legislación medioambiental del país donde realiza sus operaciones, establecen políticas internas de ahorro energético y hacen un correcto uso de sus recursos.
Además, motivan a sus empleados, proveedores y clientes a participar de manera activa en buenas prácticas de responsabilidad social empresarial. Todas estas acciones generan diversos beneficios que impactan en las ESR. Aquí nombramos cinco de los más importantes:
Una reputación positiva y reconocida. Cada vez más los consumidores apoyamos las causas que buscan el cuidado del planeta, los cambios sociales y la inclusión, por lo que buscamos empresas que realicen estas acciones y difundan los comentarios positivos a través de las redes sociales. Esto además ayuda a reforzar la fidelidad de los consumidores y genera el reconocimiento de las marcas
El compromiso de los colaboradores. Los empleados, especialmente los millennials, ven con buenos ojos que las empresas sean socialmente responsables y que realicen alguna actividad que impacten positivamente en la comunidad o un grupo específico. Los programas de voluntariado, las campañas de ayuda a una población en caso de emergencias y la identificación con causas justas como la lucha contra el feminicidio, la homofobia o el maltrato infantil despiertan su interés.
Atraer a los inversionistas. Hoy en día se valora que, además de planificación y un balance general estable, las empresas desarrollen acciones socialmente responsables, ya que esto evidencia que quieren marcar una diferencia real en la sociedad y que no solo les importa las ganancias. Los inversionistas buscamos que nuestro financiamiento esté asegurado por lo que nos interesa el bienestar de una sociedad ya que esto garantiza la continuidad de nuestras operaciones y el cuidado del entorno de donde obtenemos las materias primas.
Bienestar general. Una cultura empresarial socialmente responsable genera bienestar emocional en los trabajadores ya que se sienten satisfechos de poder contribuir con un cambio positivo. Por ello, su desempeño mejora y tienden a superarse personal y profesionalmente, lo que genera que el clima laboral sea más sano.
Un ambiente de trabajo codiciado. Las acciones de voluntariado promueven el crecimiento profesional y personal de los colaboradores porque aprenden a trabajar en equipo, a encontrar soluciones rápidas y creativas y a reconocer el valor de otras personas. Este tipo de destrezas pueden ser alentadas dentro de una cultura empresarial que estimule el voluntariado, lo que en muchos casos evita la alta rotación de personal, especialmente de los más jóvenes, y genera el interés de otros por ser parte de la empresa.
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