domingo, 13 de agosto de 2017

Raúl Gorrín ¿Emprender en Venezuela? Claro que sí

Sigo creyendo que aun en momentos difíciles la decisión de emprender sigue siendo una buena alternativa para salir adelante, aunque esta actividad encierra en sí misma una suerte de sacrificios y de riesgos importantes siempre será una buena opción para poner en marcha con éxito nuestros proyectos.

Es recomendable que antes de tomar la decisión de emprender en el país se tomen ciertas consideraciones especiales para alcanzar los objetivos planteados, una de ellas y no la menos importante es tener la convicción de que nuestro proyecto sea viable y fortificarlo durante su desarrollo. Existen indicativos formales, como las cifras del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), donde más de dos millones de personas inician un emprendimiento anualmente, pero sólo un 10 % logra mantener su negocio por más de tres años.

A pesar de que el panorama para el emprendedor de hoy no sea el más adecuado, debo decir que mi constante observación sobre procesos económicos de otros países y mi experiencia como empresario me confirman que este es el momento de apostarle al país y hacer uso de todas nuestras capacidades, nuestras potencialidades y recursos para avanzar en medio de la turbulencia.

Pero desearlo no basta. Peter Drucker decía que “Emprender no es una ciencia, ni un arte. Es una práctica”.  Y para poner manos a la obra se necesita conocimiento, planificación, visión clara de los objetivos que perseguimos y buena actitud para convertir la adversidad en oportunidad.

Apartándome de la retórica y del optimismo infundado. El venezolano requiere en estos momentos de un mayor enfoque para conocer sus propias cualidades, estudiar al mercado y la competencia, desarrollar un producto o servicio apetecible a ese mercado, relacionarse adecuadamente, seguir fielmente un plan de negocio y tener la autoconfianza y la constancia suficiente para corregir los errores en el camino, reajustar, reinventar y volver a empezar si es preciso hasta convertir una idea en un factor de prosperidad y desarrollo.
Esa es parte de nuestra filosofía empresarial y así lo transmitimos en nuestro desempeño diario y en nuestros programas de Compromiso Social Empresarial (CSE). 

En La Fundación Gorrín valoramos y apoyamos a esa nueva generación que mantiene el optimismo y el deseo de superarse más allá de las circunstancias. Apostamos por nuestro país que se encamina hacia un porvenir promisorio a partir del esfuerzo y el trabajo de su gente. Por eso emprender en estos momentos significa participar en la construcción de una nueva economía y de un esquema de desarrollo mucho más justo y lleno de oportunidades.


Por todo lo dicho siempre tendrán en mí a un defensor y un promotor del emprendimiento en el país.  Sigamos adelante.

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