Por Raúl Gorrín.- No es un contrasentido, el líder para
poder ser exitoso necesita ser humilde. No hay nada más insoportable que
alguien prepotente con posición de poder. Por el contrario, las personas que
cultivan la humildad despiertan en el resto deseos de seguirlas.
Cuando esto opera en el plano organizacional, entonces
tenemos que los líderes que practican la humildad son más apreciados por los
integrantes de sus equipos de trabajo, quienes les colaboran y contribuyen así
con el logro de los objetivos.
Lamentablemente, muchos líderes olvidan esto y tan pronto
alcanzan altas posiciones su ego se engrandece y entonces comienzan los
problemas.
Esta entrega apunta en ese sentido, a proporcionarle algunos
consejos para mantener el ego bien cercado y así poder alcanzar las metas
propuestas.
1. Evite confundir la autoconfianza con el ego.
No es lo mismo, evite caer en esta terrible confusión, ego y
autoconfianza son dos cosas absolutamente diferentes. La confianza en sí mismo
está sustentada en el poder ver y observar objetivamente las fortalezas y
habilidades.
Dejar que el ego se apodere de su persona lo puede llevar a
abandonar los auténticos motivos de su trabajo para sustituirlos por el culto a
sí mismo.
Tenga presente que el ego se roba, pero la autoconfianza se
gana a base de trabajo. El ego solo conduce al autoengaño.
2. Controle el ego y manténgalo lo más al fondo posible.
Cuando las personas se dejan controlar por su ego pierden
las perspectivas reales de ellos y su negocio. Lejos de contar con
colaboradores terminan rodeados de empleados que se ven obligados a adularlos.
Cuando así se opera no hay progreso, no hay avanza, sólo estancamiento.
Se impone mantener el ego en la raya para poder lograr
alcanzar el éxito en las relaciones interpersonales, con los trabajadores, con
el resto de los directivos y, por supuesto, con los clientes.
Dejar que el ego se desborde puede llevar su negocio
sencillamente al fracaso.
3. El ego elevado impide el aprendizaje.
Las personas con el ego elevado no aceptan que pueden
aprender de otros. Los domina un espíritu de autosuficiencia que les impide
avanzar por la vía del incremento del conocimiento.
El ego solo lleva a las personas al exceso de confianza, a la
complacencia, al orgullo, a la avaricia y a la paranoia. No hay crecimiento
porque no se acepta la posibilidad de aprender de otros.
Manténgase en posición de ser un estudiante todo el tiempo,
alguien dispuesto a ver maestros en los otros.
4. Deseche su falsa imagen.
Las personas con el ego inflado se generan una historia en
torno a ellos que sencillamente es una mentira. Ese ser que pretenden ser no
existe,
Puede que exista una ilusión de aprobación, pero sólo
sustentada en el interés.
Deseche esta falsa imagen y muéstrese como la persona que
realmente es, con talentos, pero también con limitaciones.
5. Evite que el ego le impida buscar ayuda.
La prepotencia que caracteriza a las personas con el ego
inflado les impide reconocer que necesitan de otras personas.
Nadie es poseedor de todas las respuestas y sí de todas las
preguntas.
Permítase el poderlas formular y buscar en los demás la
ayuda que necesita.
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