Por Raúl
Gorrín.- En muchas ocasiones, los empresarios nos hemos visto obligados a dejar
en un segundo lugar temas claves para la sostenibilidad de nuestro negocio
asociados a la prosperidad del entorno donde operamos, por tener que concentrar
esfuerzos para evitar ser afectados por conflictos sociales.
La
posibilidad de generar un valor compartido es mucho mayor cuando las empresas
no tenemos que dedicar parte de nuestra energía y recursos a enfrentar amenazas
a nuestra seguridad, como pueden ser el ataque a las instalaciones. Al no tener
que asumir estos acontecimientos nuestras empresas no tendrían que ser resguardadas
como hoy lo requieren, por tanto, la relación con las comunidades será más
fluida, lo cual facilitará llevar a cabo una gestión exitosa de RSE con la
comunidad.
Hoy más
que nunca la paz, sostenibilidad y prosperidad van de la mano. Es una
oportunidad para que las empresas se enfoquen hacia la construcción de cambios
y paz entendida como la transformación de los entornos de operación,
haciéndolos más sostenibles y prósperos.
Las
empresas en Venezuela han operado y generado riqueza pese a la agitación social
del momento. Tienen iniciativas exitosas en el marco de la RSE y conforme a los
estándares internacionales de empresas y derechos humanos.
Para que
una empresa aporte de manera significativa a la construcción de una exitosa
armonía duradera y estable, es clave que al menos consideremos estos 7 elementos:
1) Que las iniciativas que emprendamos
en esta materia se tomen a consciencia,
2)
que sean parte integral de nuestra gestión empresarial.
3) que efectivamente ayuden a transformar
las condiciones de la comunidad o de los grupos de interés.
4) Promover, por ejemplo, los
llamados mercados inclusivos donde se involucra a la base social como parte
importante de la cadena. Este tipo de iniciativas no son extrañas para algunas
empresas en el país que operan en zonas de alta agitación social y han generado
sostenibilidad para el negocio y rentabilidad para todos.
5) El reto está en ir más allá de
los programas sueltos de responsabilidad social y meterse de lleno en la noción
de sostenibilidad. En este contexto caben iniciativas como las de
emprendimiento e innovación social, que no son otra cosa que buscar nuevas
soluciones a viejos problemas como la inequidad y la falta de oportunidades.
Estos merecen una lectura moderna, que aproveche la tecnología, pero, sobre
todo, que brinde la posibilidad a las comunidades de participar en la
construcción de las soluciones. El emprendimiento y la innovación social sin
duda requieren que los empresarios pongamos de nuestra parte y que la gente se
involucre activamente en los procesos de cambio.
6) Promover, por ejemplo, los
llamados mercados inclusivos donde se involucra a la base social como parte
importante de la cadena y las empresas reacondicionan sus negocios. Este tipo
de iniciativas no son extrañas para algunas empresas en que han generado
sostenibilidad para el negocio y rentabilidad para todos.
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