Por Raúl Gorrín.- La creatividad y la capacidad de innovar
requieren de ejercitación, de tonificación, de actividades que le sirvan de
estímulo. Una alternativa para lograrlo sería el reunirse regularmente con
colegas en actividades de networking o realizar cursos de
actualización.
Pero para quienes involucrarse en actividades de este tipo
resulta imposible —por lo menos en las actuales circunstancias que atraviesan—
por lo apretado de sus horarios y por sus múltiples obligaciones, existen otras
formas más sencillas para sentirse motivados, para renovar la vena creativa y
la chispa innovadora.
Ejercitar la creatividad puede ser más sencillo de lo que
usted cree. He aquí tres consejos que pueden ayudarle:
1. No deje las ideas a merced de la memoria.
Los dispositivos móviles le permiten ahora escribir aquellas
ideas que le llegan a la mente en cualquier momento. Sino, el viejo recurso de
mantener una pequeña libreta en el bolsillo puede ser suficiente para que tan
pronto las ideas hagan acto de presencia, usted proceda a registrarlas.
Esto evitará el riesgo de que dejadas almacenadas en la
memoria vayan cubriéndose con otros pensamientos y acontecimientos que hagan
imposible recordarlas luego.
Es indispensable darle un hogar a las ideas, un sitio al que
pueda usted acudir cuando requiera de ellas. Allí permanecerán latentes hasta
que su nuevo proyecto las requiera.
Además, son muchas las aplicaciones que facilitan guardar
sus ideas, así como fotografías, artículos, etc., que vaya acumulando para
luego echarles un ojo con tiempo y detenimiento.
Cuando se acostumbre a hacer este registro, es conveniente
también dedicar un tiempo semanal para su revisión y procesamiento.
2. Camine.
Así de sencillo, nada más que eso, caminar para hacer sus
desplazamientos en lugar de valerse de su carro. Aproveche la diligencia más
relajada que tenga que hacer, aquella para la que dispone de más tiempo, para
trasladarse a pie a su destino. Aproveche el trayecto para observar a su
alrededor, para descubrir su ciudad, sus lugares, la gente, o simplemente para
mirar el paisaje.
Estudios demuestran que una caminata de unos 20 minutos le puede
ayudar grandemente a clarificar su
mente, a darle espacio a las ideas frescas para que surjan así, sin forzarlas,
sino que vengan con espontaneidad lejos de su oficina.
Disponer de un tiempo diario para el descanso también sirve
para oxigenar el cerebro y darle impulso a su creatividad.
3. Interactuar y relacionarse con otras personas y sitios inspiradores.
Ese momento en el que puede sentarse a hablar con otras
personas interesantes e inspiradoras puede ser sumamente útil para su espíritu,
ese que lo lleva a darle vida a nuevas ideas y proyectos.
Plantéese establecer como norma su “hora feliz” todos los
días en un lugar distinto a su oficina, un espacio para tomarse un café y
conversar amigablemente sin estrés.
Cuando sus ideas se entrecruzan con las ideas de los demás,
crecen y se desarrollan, sencillamente vuelan.
Los parques y museos también son buenos espacios para la
inspiración y renovar la creatividad.
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