Por Raúl Gorrín.- El consumo sostenible implica la elección de los
productos que utilizan menos recursos naturales en su producción. Garantiza
empleos dignos para el que los produce, y son fácilmente reutilizados o
reciclados.
Significa que compramos lo que es
realmente necesario. Nos permite extender la vida útil del producto tanto como
sea posible. Somos consumidores sostenibles cuando nuestras decisiones de
compra son conscientes y responsables, con el entendimiento de que tendrán las
consecuencias ambientales y sociales ya sean positivas o negativas.
El cambio de comportamiento es algo
que lleva tiempo y la maduración del ser humano, pero
se acelera cuando toda la sociedad adopta nuevos valores. El término consumo
sostenible fue acuñado para designar la sociedad global basada en el valor de
tener y ser responsable con lo que compramos. Predominan valores como la
sostenibilidad y la justicia social como parte de la conciencia colectiva en el
mundo.
Esta
nueva mirada promueve el cambio de comportamiento, el abandono de las prácticas
nocivas de alto consumo, el despilfarro y la adopción de prácticas de consumo
consciente, verde y responsable son matices del consumo sostenible. Por ejemplo,
en el mercado nacional, se nos exhorta a los venezolanos a ser consumidores
responsables de la energía eléctrica y otros servicios y productos como los
combustibles y sus derivados.
Por tanto, el consumidor consciente es el concepto más amplio y
fácil de aplicar en la vida cotidiana: somos conscientes de la forma en que
consumimos – reducir el desperdicio de agua y otros servicios básicos.
Particularmente en nuestras decisiones actuales de compra. Desde el consumo
consciente, la empresa envía un mensaje al sector productivo
de lo que son los productos y servicios que traen impactos positivos o reducir
los impactos significativamente negativos sobre el consumo acumulado de todos
los ciudadanos que se ofrecen.
En resumen, el
consumo sostenible representa una
interesante oportunidad para los emprendedores porque:
Tenemos
la capacidad de identificar y explotar oportunidades: creamos ideas y las hacemos
realidad. Lograr esto requiere compromiso y perseverancia. Sin embargo, puede
ser muy alentador contribuir entregando soluciones que creen valor ambiental y
social, y al mismo tiempo hacerlo en una forma que sea auto-sostenible desde
una perspectiva económica. El emprendimiento sostenible apunta a resolver problemas
sociales y ambientales aplicando principios de negocios.
Es una tendencia que viene en crecimiento y tarde que
temprano será una obligación para los emprendedores y empresarios.
Permite
innovar y generar valor agregado para el consumidor, porque al final los
clientes vamos a comprar productos de buena calidad, que impactarán
positivamente en el ambiente.
El
mercado cada vez se siente más atraído por los productos y servicios
sostenibles.
Cada día son más los proveedores y clientes que apuestan por las propuestas de
valor sostenibles.
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