Por Raúl Gorrìn.- Planificar
las tareas, delegar labores a compañeros de confianza y dejar el trabajo en la
oficina, son algunas de las recomendaciones que hacen los expertos en
psicología positiva para aprender a compaginar ambos estilos de vida.
El modo de vida que
llevamos los venezolanos es cada día más estresante. El trabajo nos absorbe la
mayoría del tiempo disponible, hace que muchas veces dejemos de lado los
espacios que deberíamos destinar a la vida personal. Tener una vida productiva
no necesariamente es sinónimo de pasar largas horas en la oficina. Los altos
índices de tensión y descontento de los trabajadores se deben, generalmente, a
las extensas jornadas laborales y, por ende, a la incapacidad de conciliar
ambos estilos de vida.
A continuación, entregamos
6 sencillas, pero poderosas ideas que pueden ayudarnos a conciliar vida
profesional y familiar, sin necesidad de restarle importancia a ninguna de
estas:
1. Planificar nuestras
actividades. Llegar al final del día
pensando en que quedaron tareas pendientes es un claro signo de
desorganización. Por ello, fijar un horario de inicio de tareas, ordenadas por
prioridad, es lo primero que debemos considerar al momento de compatibilizar
vida profesional y personal. Una buena alternativa es elaborar una lista de
actividades a cumplir durante el día o la semana.
2. Deleguemos labores. Ser perfeccionista y sentirse indispensable, es un error constante
que cometemos los profesionales. Por ello, la opción de delegar tareas a gente
capacitada y de confianza, puede ayudarnos a optimizar los tiempos.
3. Fijemos un límite de
trabajo. Al igual que en el cierre
de los periódicos, establecer un tiempo límite de trabajo, nos permite que se
pueda terminar la jornada laboral sin extenderla más allá de lo estrictamente
necesario. Fijar y cumplir con los horarios nos permitirá disfrutar del tiempo
para asuntos personales y además irá en beneficio de la propia organización. Si
los empleados de una empresa tienen tiempo para dedicar a su vida personal,
esto beneficiará a corto, mediano y largo plazo a nuestra empresa.
4. Atrevernos a decir que
no. No debemos permitir que los asuntos
personales incumban en el trabajo y viceversa. Por lo tanto, será mejor ignorar
o rechazar aquellas actividades que no estaban agendadas o que sólo nos harán
perder tiempo.
5. Dejar el trabajo en la
oficina. Llevar los problemas de la
oficina a la casa, no permitirá una desconexión total, aumentando la
probabilidad de padecer estrés y de restar tiempo al descanso. Dedicar mucho
tiempo al trabajo puede generarnos estrés y una desviación motivacional. La
responsabilidad de conciliar los tiempos, sin embargo, recae tanto en el
empleado como en las políticas laborales impuestas por la empresa.
6. Darnos un tiempo para
un break. Un tiempo destinado a las
actividades placenteras, al ocio y a la creatividad, nunca hará mal, siempre y
cuando no se abandonen las tareas diarias.
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