Por Raùl Gorrìn.- Los rumores de pasillo son una red
comunicacional que existe en todas las organizaciones, es inevitable. De hecho,
constituye una importante fuente informal de información en la que pueden
circular muchas verdades, pero también gran cantidad de mentiras o
tergiversaciones. De allí la importancia de permanecer atentos a lo que allí se
dice.
El asunto es tan importante que hay estudios dedicados al
tema que han determinado que lo que se dice en por aquí y por allá en las
organizaciones, tiene efectos determinantes en el ambiente interno de las
empresas o emprendimientos.
Las principales características del chisme o boca a boca es
que la misma es incontrolable por parte de la gerencia o dirección de la
organización. La rumorología, pues, tiene vida propia.
Para los trabajadores, los rumores de pasillo son más
creíbles que las comunicaciones oficiales de la empresa o emprendimiento.
El público interno de las organizaciones lo tiene como un
importante canal de información para diversos fines, sean buenos o malos.
Los estudios revelan que el 75 por ciento de la información
que circula extraoficialmente por las empresas es verídica.
El problema está en las motivaciones que impulsan tales
informaciones, las cuales en ocasiones pueden ser non sanctas.
Digámoslo sin ambages, los rumores se inician por la
“necesidad” de echar a andar “buenos chismes”.
Se sabe, por las investigaciones que los rumores surgen como
una respuesta a situaciones o circunstancias de importancia vital para los
trabajadores al no existir información oficial o al haber demasiada ambigüedad
en los datos que emanan de los cuadros directivos empresariales. Viene entonces
la ansiedad, el desasosiego y de allí el chisme.
Por lo general en las empresas todos estos elementos están
presentes, de allí que el rumor sea pan de cada día en la mayoría de las
organizaciones.
Un desencadenador típico de chismes son las políticas de
ascensos, el nombramiento de nuevos jefes, los traslados o reubicación de
personal, los despidos y las renuncias.
El radio pasillo persiste en la medida en que los cuadros
directivos no emiten información clara respecto a las políticas y directrices
que se implementan.
La información veraz y oficial es la mejor forma de
contrarrestar los excesivos rumores de pasillo.
En este sentido, corresponde a los departamentos de recursos
humanos y de comunicación, implementar canales de información interna efectivos
que sirvan para dosificar los chismes en las organizaciones aminorando sus
efectos nocivos.
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