Por Raúl Gorrín.- A la hora de buscar un empleo lo que
procede es elaborar el currículo u hoja de vida en el cuál los candidatos
presentan su perfil profesional a la consideración de las empresas o
instituciones en las cuales aspiran ingresar como trabajadores.
El currículo —sea impreso, digital o en video—resume los
datos de identidad, experiencia profesional, formación académica, actitudes,
aptitudes y aspiraciones del candidato.
Al ser la primera imagen que del candidato se tiene, resulta
un documento de gran valía, en el que hay que poner mucho interés al momento de
diseñar y redactar, de manera de hacerlo atractivo a los ojos del
seleccionador.
Lamentablemente también hay que decir que algunos de los
datos del currículo en ocasiones se convierten en un problema, en piedra de
tropiezo para lograr ser considerados para un puesto. Tales datos por los que
se puede —lamentablemente, repetimos— descartar a un aspirante, corresponden al
sexo, edad, nacionalidad —deducible esta por los apellidos, el nombre, etc. —,
fotografía, un hecho que puede ser consciente o inconsciente a causa, principalmente,
de prejuicios y estereotipos que están interiorizados en el ámbito de algunas organizaciones.
Ante este hecho y como un intento de evitar tal
circunstancia en algunos países, principalmente europeos, ha comenzado a
recurrirse al currículo anónimo, el cual se define como la hoja de vida del
postulante que omite los datos antes citados para impedir la discriminación en
el proceso de selección de los candidatos.
Entre las ventajas del currículo anónimo está el hecho de
que facilita el acceso a los procesos de selección de personal a personas que
de otro modo se verían segregadas de los mismos.
Igualmente contribuye a fomentar la igualdad de género al
momento de acceder a puestos de trabajo que por creencia social y estereotipo
se asocian a determinados sexos.
El currículo anónimo contribuye a que las organizaciones
centren su atención en los aportes que los candidatos pueden hacer a las mismas
sin condicionamientos.
Permite descubrir talentos de gran valor que suelen pasar
desapercibidos en razón de las políticas discriminatorias imperantes.
Entre los inconvenientes y desventajas del currículo anónimo
encontramos que si bien facilitan el acceso a los procesos de selección a
personas que de otra manera no habrían podido hacerlo, al momento de la
entrevista estos mecanismos discriminatorios y prejuicios pueden reactivarse, dando
al traste con esta iniciativa.
El currículo anónimo supone un incremento de los costos del
proceso de selección de personal toda vez que para algunos puestos —se quiera o
no— factores como la edad o el físico, son de vital importancia.
El proceso puede ser estresante para los candidatos, quienes
por las características del mismo, pueden desarrollar niveles de angustia y
luego de frustración al no descubrir que no poseen las cualidades para
desempeñar determinados puestos o funciones.
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