(Raúl Gorrín) Pese a la crisis mundial,
a todas las adversidades del mundo actual, a los diversos problemas, la
sociedad de hoy día es mejor que la de hace años. El mundo se ha transformado y
nosotros debemos transformarnos con él. Evolucionar.
Tenemos cientos
de miles de herramientas con las cuales no contaban nuestros antepasados que
nos permiten asumir los cambios de manera dinámica. Somos protagonistas de un
nuevo mundo que se caracteriza por ser imparable.
El secreto
de las empresas y emprendimientos que exhiben buenos resultados está en su
capacidad de asumir los cambios y transformaciones que se imponen desde el
entorno. Las empresas exitosas se han adaptado al mercado y su vertiginoso
dinamismo.
Pero hay
un nuevo reto para que las empresas puedan seguir en el camino de la evolución:
que el liderazgo entienda su papel y el hombre se percate de que todos formamos
parte de ese grupo. En pocas palabras, todos debemos ser líderes para que en
los próximos años todos, como ahora, podamos seguir desarrollando productos
competitivos, actualicemos constantemente los procesos y no tengamos ningún
prurito a la hora de tener que decidir cambiar o instrumentar nuevos modelos de
gestión y producción de nuestros negocios.
No es
igual ser líder que ser jefe. El liderazgo es más que eso. Y conforme avanzan
los tiempos y operan los cambios y transformaciones, el liderazgo también debe
cambiar y transformarse. Desarrollarse es la alterativa, es el reto.
Así como
la era agrícola dio paso al mundo industrial de hoy, el líder debe entender que
las relaciones saludables con su equipo de trabajo es lo que le permitirá
mantenerse y mantener a las empresas en el tiempo.
Ya el
líder no es quien entiende de todo, enseña, soluciona, fiscaliza y mantiene todo
bajo control. Ahora el líder es un agente de cambio, un guía, una persona que
debe influir en el resto a través de la comunicación. Sólo compartiendo con su
equipo y su gente el nuevo líder tiene la posibilidad de hacer crecer a las
organizaciones. Todo, desde un accionar en el que el respeto al individuo es
vital. (Raúl Gorrín)
El viejo
líder, amparado en el éxito obtenido, se niega al cambio y de persistir en esa
actitud está condenado al fracaso. Es por ello que el estrés y la frustración
han entrado en escena. Es fundamental que el nuevo líder abra su mente y asuma
que el cambio es la herramienta para enfrentar los tiempos que se avecinan. La
innovación se la llave que permitirá abrir las puertas del futuro y el
desarrollo de las organizaciones.
Es preciso
entender que el centro de las organizaciones de ahora y del futuro son las
personas más que los productos y/o servicios que desarrollen. Sólo la
conciencia de esto permitirá evolucionar.
El
liderazgo ahora y en los tiempos que vienen es una responsabilidad compartida.
Líder y equipo de la mano, creciendo y desarrollando juntos a las
organizaciones y los productos y/o servicios.
Ese es el
reto, ese es el futuro. (Raúl Gorrín)
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