Por Raúl Gorrín.- Algunas personas se quejan porque pasan mucho
tiempo en sus lugares de trabajo y al final de la jornada se dan cuenta de que
ni siquiera pudieron concluir todas sus tareas e, incluso, deben cumplir horas
extras. Descartando que se trate de una sobrecarga de trabajo, esto puede
deberse, a varias causas, entre ellas la falta de concentración. Muchas veces
las personas no son eficientes en la gestión del tiempo.
Estudios han determinado que el tiempo de
actividad dentro de una jornada de 8 horas se reduce a un poco más de 6 horas
pues hay que tomar en cuenta los almuerzos, pausas personales y las
interrupciones que tienen lugar en ese lapso. Ahora bien, se estableció que el
tiempo efectivamente productivo es de unas 5 horas y media.
Los datos refieren, además, que la falta de
concentración tiene una alta incidencia en la baja productividad.
Otro asunto que influye en la pérdida de
tiempo son las reuniones que constantemente tienen lugar en el seno de las
organizaciones. Y es que los encuentros que no responden a una planificación
sino a la improvisación, se convierten en citas altamente ineficientes. Cuando
las reuniones no cuentan con una agenda y no se llevan a cabo ordenadamente, se
vuelven unas auténticas peroratas que conducen a muy pocos resultados.
Las pausas acumulan una gran cantidad de
tiempo diario, estimándose que estas suman casi 33 minutos al día por cada
trabajador. El cerebro se toma entre 2 y 3 minutos en recuperar la
concentración que tenía antes de que produjera la pausa.
Todo esto nos lleva a concluir que lo que
ocurre es que los empleados pasan muchas horas en el lugar de trabajo, mas no
trabajando.
Una manera de remediar esto podría ser el
teletrabajo o el control horario y de actividad, de tal manera que lo que
importe no sea el tiempo utilizado en hacer las tareas, sino los resultados
obtenidos.
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