Por Raúl
Gorrín. El humanismo y los negocios deben ser entendidos en su justa
dimensión.
En los
marcos actuales de la economía global y las prácticas en el manejo de las
empresas, existe una tendencia que busca elevar la conducta empresarial hacia
un objetivo más noble: Valorar a los seres humanos por encima de todas
las cosas.
Esta
visión del negocio deja en un segundo plano el propósito del sistema económico
tradicional. Las empresas humanistas y los empresarios líderes de este nuevo
paradigma, buscan que las empresas establezcan un compromiso real y sincero con
la sociedad, donde la primacía sea el toque humano, la preponderancia de la
gente, dejando en un segundo plano los aspectos relacionados con la
maximización del beneficio o la maximización de la utilidad
individual.
En el
modelo que propongo el objetivo es la gente. Desde la empresa privada se
produce un esfuerzo para crear una sociedad orientada al valor centrado en el
ser humano, los negocios basado exclusivamente en principios humanistas.
Las
empresas que adoptan una visión humanista del negocio tienden a transformar
la estructura llevándola en tres niveles diferentes: el nivel de los sistemas,
el nivel de organización y el nivel individual.
Las
empresas humanistas tienden a tener los siguientes preceptos:
Crean
nuevas ideas sobre el papel que juegan las empresas en la sociedad y su
potencial como agente de cambio positivo.
Generan
formas en los marcos de negocio y prácticas de gestión para abrazar una
conducta empresarial más real que sirve en la que al ser humano es la
medida de todas las cosas.
Se le
da relevancia al humanismo en los negocios, las empresas adoptan una serie de
herramientas para mejorar sus resultados en términos humanos.
Se
potencia un modelo de conducta en los empresarios para sus acciones se basen en
la ética, el profesionalismo y los valores sociales
Los
preceptos humanistas se anteponen en las organizaciones empresariales. Las
empresas logran con este sistema beneficiarse de un mayor compromiso y
motivación de los empleados.
La
empresa humanista es impulsora de una mejora en la distribución de la riqueza y
de la mejora misma de las personas. Este modelo impulsar una actitud positiva
de las organizaciones empresariales privadas con la idea de mejorar
sustancialmente sus servicios a la sociedad.
La
empresa humanista es ya una realidad, no una esperanza, aunque sí vive
esperanzada la posibilidad de que su presencia se multiplique, aquí y ahora,
allá donde las personas quieran trabajar, consumir y obtener rentabilidad.
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