Más allá de su
indiscutible importancia y de los factores, tanto internos como externos que
influyen para alcanzarla, la
productividad es un proceso en que el ser humano aplica sus conocimientos y
habilidades, invierte energías y pone de manifiesto lo mejor de sí para
beneficio personal, el éxito de la empresa y el bienestar colectivo.
Por eso me gusta citar aquella
declaración de la Asociación Europea de Centros Nacionales de Productividad (Eanpc),
donde define a la productividad como
“… un estado
de la mente. Es una actitud que
busca el mejoramiento continuo de todo cuanto existe. Es la convicción de que las cosas se pueden
hacer hoy mejor que ayer, y mañana mejor que hoy…”.
Desde la visión humanista, la productividad está condicionada por los
niveles de formación, motivación y satisfacción de su recurso humano, ya que se
privilegia a los individuos como los
únicos seres inteligentes capaces de llevar al éxito a la organización. De
hecho, los índices de satisfacción
laboral comienzan a ser un factor preponderante a la hora de medir la
calidad de las empresas.
En el caso de los emprendedores la productividad está
sujeta también a su capacidad para innovar y romper esquemas, a sus habilidades
gerenciales y sobre todo, a su confianza y decisión de asumir ciertos riesgos. Sus aptitudes y rasgos psicológicos los
inducen a conformar equipos de trabajo que cubran esas prioridades.
No soy amigo de las recetas mágicas,
pero si me piden alguna recomendación para mejorar la productividad en sus
labores, lo resumiría así:
1-
Organización.- Llegar temprano, ordenar la agenda diaria y cumplir con la lista de
tareas es vital para que nuestras actividades lleguen a ser realmente productivas.
2-
Adopte y siga una metodología personal para abordar cada actividad según su complejidad,
importancia o urgencia; incluyendo la posibilidad de delegar, realizarlo en
equipo o pedir mayor orientación al respecto.
3-
Gestión efectiva del tiempo. El tiempo es la pista vital que marca la duración
de nuestras actividades. Su buen uso es fundamental. Recuerde que la eficacia
también depende del tiempo que tardemos en llevar a cabo una actividad. Tome
las medidas necesarias para evitar la distracción, las interrupciones y la
falta de concentración.
4-
Mantenga una actitud positiva, motivante, retadora, preparada para los cambios y
los inconvenientes. Considere cada logro como un peldaño más hacia la
superación personal y profesional.
5- Elimine
la procrastinación de su vida.- Si se
debe a inseguridades o incompetencias es preciso que se detenga a resolver esas
limitantes que atentan con su productividad.
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