Siempre he sostenido que asumir un compromiso social y mantenerlo en el tiempo es sembrar futuro.
Y cuando una empresa o consorcio inserta en su ADN
organizacional la convicción de extender sus beneficios a sectores sociales que
lo necesitan para mejorar sus vidas, es una empresa que inspira futuro.
Las empresas que solo existen para cumplir una actividad
económica sin otro fin que el de lucrarse en ese momento, no son sino eso,
presente. Un presente que desde luego puede ser muy brillante y exitoso,
absolutamente plausible y satisfactorio.
Pero aquellas que tienen una visión de país, invierten en su recurso humano, procuran ser cada vez más responsables y se comprometen con su entorno social para que ellos también crezcan y se desarrollen
conforme a esa visión, esa es una empresa que sin dejar de ser presente,
empieza a sembrar aceptación, confianza
y reputación para ese país que sueña en el futuro.
Venezuela nos
ha dado tantas oportunidades para formarnos, emprender y expandirnos que lo
menos que nosotros podemos hacer por ella ahora es contribuir para encaminarla
hacia su recuperación social y económica.
En el Grupo Gorrín
estamos convencidos de que ese país
justo, próspero y lleno de oportunidades para todos comienza con una educación de calidad. Y ese ha sido el
tema medular de nuestro compromiso
social. Significa la siembra del conocimiento, los valores, las virtudes y
la voluntad en nuestra juventud de
escasos recursos pero con un enorme potencial para sacar adelante a Venezuela a
base de trabajo, esfuerzo, perseverancia
e innovación.
Las empresas que inspiran futuro son fácilmente
reconocibles por ese constante accionar para lograr mayor bienestar en nuestra
gente. Nosotros queremos acompañarlos en ese futuro promisor que todos nos
merecemos invirtiendo en educación, salud y deporte en el presente.
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