miércoles, 5 de julio de 2017

Humanismo empresarial como visión del mundo y de la vida

La visión humanista en los negocios ha sido uno de los sellos más característicos en mi rol como empresario. Por espacio de varios años he fundamentado mi gestión en la valoración del ser humano por encima de cualquier otra cosa, incluso de la naturaleza mercantil de cada empresa. Dicho de forma más precisa, es a partir de esa preeminencia por el individuo como alcanzamos nuestras victorias.
El humanismo empresarial se enfoca en dignificar, promover y enaltecer a la persona como elemento clave de toda la organización y de la sociedad desde su integridad, impulsándolo a manifestar todo su potencial, y con ello realizarse plenamente.

Pero esta visión no corresponde al simple hecho de ayudar al prójimo o para justificar algunas actividades sociales y culturales dentro de la empresa, ya de por sí necesarias. El humanismo también comporta un fin estratégico dentro de la empresa vista como una proyección de la vida humana en términos de conocer, aprender, obrar, convivir, experimentar, crecer y desarrollarse hasta lograr la plenitud que posteriormente ofrece a la sociedad como producto de sus esfuerzos.

En la medida en que nuestros públicos se sientan atendidos, seguros, respaldados y bien remunerados, según sea el caso, en esa medida contaremos con personas sumamente motivadas y dispuestas a aportar ideas que enriquecen a la organización. Porque parte del humanismo es hacer que aflore lo mejor de nuestros colaboradores hasta lograr esa sinergia con la empresa que la conduce a una mayor sintonía con esa sociedad de la cual formamos parte.
Es así como las empresas y líderes humanistas pretendemos un compromiso auténtico y sostenido con diversas comunidades, sin menoscabo de la productividad, rentabilidad y eficiencia empresarial, donde la prioridad sea la gente. Compromiso materializado en políticas y programas donde permanentemente estamos poniendo en práctica nuevas ideas para impactar positivamente en nuestro entorno, propulsando mayor calidad de vida y oportunidades de desarrollo sostenible, incidiendo en una mejor distribución de la riqueza e invirtiendo y apostando en el desarrollo del talento humano.
Ese compromiso social empresarial (CSE) es el que nos ha llevado a compartir nuestros valores, esfuerzos y recursos con sectores de la población que teniendo el potencial, necesitan de una mano amiga para lograr sus propias metas. Apoyar a la niñez y juventud de bajos recursos en materia de salud y educación es prueba de que hacemos lo que vivimos y predicamos dentro de nuestras organizaciones.
Para mí en lo particular y para el grupo empresarial que represento, el humanismo seguirá siendo el referente de nuestro compromiso ético y social.
Son empresas que por su misma naturaleza están cerca de nuestros públicos en momentos de apremio, en circunstancias tensas y convulsas, en situaciones insospechadas, y en esos contextos nuestra sensibilidad, comprensión y profesionalismo ha dado excelentes resultados. Nos hemos fortalecido mutuamente junto con el respeto y la confianza que cada día ganan terreno hacia nuevas formas de interrelación.
El humanismo empresarial como visión del mundo y de la vida seguirá siendo nuestro paradigma para acompañar a Venezuela hacia caminos promisorios de paz y prosperidad.

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